Te contamos todo lo que debes saber sobre las proteínas y cómo afectan en tu proceso metabólico.
Nuestro cuerpo está lleno de procesos metabólicos. Todo ello necesita alimentos y elementos estructurales para llevar a cabo este trabajo, y aquí es donde entra la proteína.
Lo primero que solemos escuchar cuando se trata de alimentación, es la importancia de llevar a cabo una dieta equilibrada. Sin embargo, muchas veces no conocemos realmente en qué consiste. Una dieta equilibrada requiere el consumo de alimentos ricos en macronutrientes y micronutrientes.
Los macronutrientes son todos aquellos alimentos ricos en proteínas, hidratos de carbono y lípidos. Mientras que los micronutrientes son aquellos ricos en vitaminas, minerales y oligoelementos.
La proteína es una molécula grande compuesta de polipéptidos, a su vez hecho de aminoácidos. Si nos fijamos más de cerca, una proteína es un collar formado por 20 bolitas diferentes que son los 20 aminoácidos que intervienen en la construcción de la misma. Todas las proteínas de nuestro organismo representan un 20% de la masa total.
Estas moléculas participan en el crecimiento de los tejidos, el desarrollo de la masa muscular, pero también en la reparación de las fibras musculares dañadas por la práctica deportiva, durante una lesión o en el transporte de oxígeno (hemoglobina).
Tienen un tiempo de vida limitado y variable, alterado por nuestro estilo de vida y actividades. Por lo tanto, es necesaria una ingesta diaria de proteínas y aminoácidos para ayudar a su renovación.
Las proteínas están involucradas en muchos procesos diferentes, como: músculo, hueso, tejido fibroso, piel, cabello, uñas, receptores endocrinos, anticuerpos, enzimas… Es decir, la construcción y reparación de muchas funciones biológicas están regidas por las proteínas y sus aminoácidos.
Desde un punto de vista más metabólico, las proteínas aportan energía. Por tanto, cumplirán un papel fundamental para poner en marcha nuestro organismo.
Las proteínas pueden estar formadas por 20 aminoácidos diferentes. Entre estos 20 aminoácidos, algunos son llamados “esenciales”, es decir, que el cuerpo no sabe como sintetizarlos. Por lo tanto, deben ser totalmente proporcionados por una dieta en cantidad suficiente.
Los aminoácidos esenciales están presentes en todas las proteínas de origen animal, lo que hace que su consumo sea sencillo.
Las proteínas vegetales, sin embargo, no son las llamadas proteínas “completas”. Esto significa que no cuentan con todos los aminoácidos esenciales en cantidad suficiente para cubrir las necesidades. Por ello, para que el organismo tenga todos los aminoácidos esenciales que necesita, será necesario combinar diferentes proteínas vegetales entre sí. Salvo en casos de alimentos como la quinoa, el trigo sarraceno, la espelta o incluso el amaranto, que sí son proteínas vegetales completas.
Las proteínas se encuentran en la comida. Durante el proceso de digestión, las proteasas (enzimas que digieren las proteínas) cortan las proteínas en aminoácidos: el collar se romperá para que el cuerpo pueda utilizarlo más fácilmente.
Los aminoácidos que aportan los alimentos se utilizan tan pronto como sea necesario en caso de renovación de tejidos, recuperación muscular u otras necesidades funcionales mencionadas anteriormente.
La alimentación es, por tanto, la fuente número 1 en la que habrá que reponerse de proteínas y, sobre todo, de aminoácidos esenciales.
Para asegurarnos tener un aporte proteico suficiente y todos los aminoácidos que permitan una buena recuperación muscular, algunos deportistas utilizan complementos alimenticios. A menudo en forma de polvo, estos suplementos se utilizan para hacer las llamadas “bebidas ricas en proteínas” para optimizar la reparación del tejido muscular dañada por el entrenamiento.