A pesar de que generalmente asociamos el término L-Carnitina a un suplemento, en realidad es una estructura de aminoácidos que se produce de forma natural en nuestro cuerpo. La L-Carnitina se encarga de transportar los ácidos grasos hacia el interior de las mitocondrias, donde se convierten en energía utilizable conocida como ATP (trifosfato de adenosina).
La L-Carnitina, también conocida como carnitina o levocarnitina, se produce en el hígado y los riñones de forma natural, pero también puede tomarse en suplementos o a través de una dieta con alimentos ricos en esta molécula. Entre ellos, la carne roja, el pescado, el pollo o los lácteos. Como suplemento para deportistas se utiliza principalmente para mejorar la resistencia física y para favorecer la recuperación después del ejercicio.
Se ha demostrado que el consumo diario de un suplemento de L-Carnitina aumenta su propia concentración en la sangre y los músculos, lo que podría mejorar el metabolismo de las grasas como resultado del aumento de la concentración de carnitina en los músculos. Además de apoyar la producción de energía, la L-Carnitina puede ayudar a algunas otras funciones en el cuerpo, como mantener la función general del cerebro y reducir el riesgo de sufrir ciertos trastornos.