Las mejores rutas por bosque para disfrutar en otoño

Dentro de los múltiples bosques que podemos llegar a encontrar en la comunidad navarra, la Ruta del Zumaque es la más atractiva a todos los niveles. Considerado como uno de los mejores bosques de otoño dentro de España, este sendero arbolado no pasa desapercibido.

El espectáculo de colores que podemos encontrar en este lugar es uno de los puntos que más encanto otorgan a esta ruta.

El Bosque de Zumaques en Estella-Lizarra destaca por ser un camino con un entorno visual de lo más encantador sin dejar de lado la simplicidad de la ruta y su accesibilidad para poder disfrutar, incluso, de un plan con toda la familia.

A pesar de que el zumaque es el auténtico protagonista de esta caminata, la biodiversidad que contiene este bosque va mucho más allá de este fruto de color rojo intenso y sabor ácido.

Lo más espectacular de esta zona semidesértica es como los colores vibrantes son capaces de tapizar tanto las laderas como los terrenos más secos.

Además, los alrededores de este bosque destacan por la gran gastronomía local de todos los restaurantes que se encuentran en el casco histórico.

Otra de las zonas de la península que más lujo ofrece en su paisaje es el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en la provincia aragonesa de Huesca.

La exhibición cromática que presenta este parque en la temporada otoñal es una de las imágenes que más se pueden asemejar a cualquier cuadro de pintura inspirado en esta estación del año.

Las tonalidades amarillentas y doradas que tanto representan al color que adoptan los robles y los abedules y los rojos anaranjados de los robles y de las hayas es lo que más puede llegar a asombrar de estas zona en la que disfrutar de una ruta de trekking es un auténtico privilegio visual.

Bien es cierto que es una zona tan popular como turística durante la mayor parte del año, Sin embargo, una vez que llega el otoño, el porcentaje de turistas desciende y es mucho más agradable poder disfrutar de la brutalidad de este paisaje de una forma mucho más placentera y, por supuesto, relajante.

Las cascadas que se encontrarán a lo largo del sendero y la afluencia del río Arazas estarán, por supuesto, en su mejor esplendor.

Se describe al Hayedo de la Tejera Negra como uno de los bosques con mejor conservación de todo el territorio español. Además, no solamente está bien conservado y cuidado, la belleza de este bosque de otoño goza de tanta singularidad y peculiaridad que todo aquel que lo visita queda totalmente impresionado.

Los paisajes montañosos que envuelven este hayedo es lo que convierten a esta zona natural en una verdadera representación del color en su máximo esplendor.

El mosaico de colores que va dejando en el sendero el cambio de follaje de las hojas de las hayas es lo más representativo de toda la ruta.

A pesar de que las hayas son la especie más destacada de este bosque, no podemos negar la gran aportación al arcoíris otoñal de los acebos y de los robles.

Otra de las grandes características de este bosque de la provincia de Guadalajara es el aire de paz y tranquilidad que se respira a lo largo de todos sus senderos.

Además de destacar por lo maravillosos que son sus paisajes, esta ruta es accesible y simple, lo que la convierte en una opción idónea para hacer un plan de fin de semana.

Una vez más, la provincia de Huesca goza de protagonismo durante la temporada otoñal gracias a su tan destacada Senda de los Cazadores y Cola de Caballo.

Lo más famoso y popular de este entorno es la gran transformación que se produce a lo largo del Valle de Ordesa. Este bosque está repleto de arces, hayas y abedules y, como hemos podido descubrir, este tipo de árboles son los encargados de añadir color a todo el paisaje.

Caminar a través de este sendero aragonés significa disfrutar de tu deporte favorito mientras gozas de un mosaico de colores con vistas panorámicas a las faldas de las montañas y, por supuesto, al valle.

El cambio de color de rojizo a dorado vibrante es lo más destacado de toda esta zona natural.

Aunque recorras este sendero en los meses de otoño, la temperatura suele ser de lo más agradable y fresca.

Bien es cierto que una de las zonas que más esfuerzo físico requiere es la conocida ascensión a la Senda de los Cazadores.

Los parques gallegos no se quedan atrás a la hora de describir un espectáculo cromático en una zona natural.

Son muchos los bosques que podemos destacar dentro de Galicia. Sin embargo, no existen dudas de que el más atractivo de todos es, sin ninguna duda, el Parque Natural Fragas do Eume.

La densidad de las fragas, nombre que utilizan los gallegos para denominar a los bosques, es la encargada de dar color a todo el parque natural. Dentro de este bosque abundan los castaños, los robles y los alisos y, por lo tanto, la tonalidad rojiza combinada con dorado vuelve a ser la protagonista una vez más. Y si a esto le sumamos el verde perenne de los helechos y de los musgos, el espectáculo visual da mucha más impresión si cabe.

La ruta del Monasterio de Caaveiro es una de las más agradables de este parque, ya que es simple, sencilla y con una temperatura idónea para disfrutar en otoño.

Dentro de este bosque, la diversidad de la fauna es muy enriquecedora. Recuerda que la mayor parte de los animales que viven en este entorno están protegidos.

Navarra sigue pisando fuerte y volvemos a encontrar otra ruta de senderismo ideal para otoño dentro de esta comunidad.

La Selva de Irati es uno de los bosques más grandes del territorio español y con mejor conservación de abetos y hayedos de toda Europa.

Estas dos especies de árboles, hayedos y abetos, son los protagonistas de la tonalidad multicolor y otoñal en esta zona natural.

El paisaje es tan asombroso que muchos dicen que la imagen visual de esta zona es la inspiración de muchos cuentos populares.

Dentro de esta selva se podrán encontrar dos rutas destacadas entre las que elegir cuál es la más ideal según el plan elegido. La Ruta de los Paraísos de Errekaidorra, para lo que buscar atravesar los bosques de una forma sencilla mientras disfrutan de la serenidad del ambiente o la Ruta del embalse de Irabia, para quienes quieren adentrarse en la profundidad de las aguas del embalse. En ambas opciones, los arroyos y los ríos se apoderan del paisaje y se envuelven entre los colores de abetos y hayedos.

El impresionante cambio de tonalidades vibrantes que se puede apreciar en la Ruta del Cares es lo que lleva a este lugar a ser un punto esencial dentro de las mejores opciones de rutas de otoño de nuestro país.

Las características paredes rocosas del desfiladero acompañadas del potente color azul que representa al río Cares y la intensidad de los verdes mezclados con los naranjas, los rojos y los amarillos de sus árboles convierten a esta ruta en un auténtico place visual.

Es muy probable que en los meses de otoño este entorno adopte una neblina emblemática capaz de desenfocar el paisaje. Sin embargo, casi siempre acaban apareciendo los rayos de sol mientras se recorren los senderos rocosos de esta ruta tan popular y conocida.

La actividad de fauna en la Ruta del Cares durante el otoño es bastante activa. Podremos encontrar desde ciervos hasta aves migratorias.

Recorre sus rutas alternativas y disfruta del bosque asturiano al máximo.

En La Garrotxa, en Girona, podemos encontrar la tan popular Fageda dén Jordá. Quienes han tenido el placer de pasear por los senderos de esta ruta la describen como espectacular a la par que mágica.

Teniendo en cuenta que la localización de este terreno se encuentra dentro de un origen volcánico, ni que decir tiene que esta zona específica del Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa es un ícono del turismo catalán.

Los contrastes y las texturas combinados con la transformación de los colores de los hayedos es lo que dan protagonista a este ambiente natural tan protagonista dentro de Cataluña.

Lo más destacado de esta zona son las ondulaciones que se producen en el relieve, más conocidas como tossols. No olvidemos que estos relieves especiales se tiñen de hojas de color durante esta estación.

Los más apasionados tanto por la naturaleza como por la geografía acuden a esta zona para captar cientos de imágenes en las que la espectacularidad del paisaje está totalmente alineada a la atmósfera otoñal.

Aunque los paseos por la mañana pueden verse cubiertos por una ligera niebla, una vez que aparece el sol el paisaje es indescriptible.

El ambiente mágico y la singularidad de la belleza que presenta el Hayedo de Otzarreta es lo que ha llevado a este bosque a ser uno de los más destacados y reconocidos de todo el País Vasco.

Está compuesto por un sinfín de árboles centenarios entre los que las formas retorcidas y fuera de lo habitual que adoptan las hayas hacen que este paisaje sea más característico y pintoresco de lo normal.

Además, los suelos y los troncos de los árboles están cubiertos de un musgo verde intenso, dando a la imagen de este bosque un aspecto como recién salido de un cuento de hadas.

Ni que decir tiene que el Hayedo de Otzarreta es uno de los lugares más fotografiados de todo el territorio español.

Otro de los elementos más destacados que podemos encontrar en este bosque es su arroyo más importante, el Zubizabala. La afluencia de este arroyo durante los meses otoñales es mucho más fuerte que en cualquier otra estación del año.

No podemos negar que dentro de este entorno natural, la experiencia visual y sensorial están totalmente entrelazadas.

A pesar de que el tamaño de este bosque no es de los más grandes que podemos disfrutar en España, sí podemos decir que la intensidad de su belleza vale más que su amplitud.

En un listado de rutas de otoño en nuestro país, no podemos olvidarnos de mencionar al Hayedo de Peña Roza en el territorio maño.

Ubicado en las faldas de Montaya en Zaragoza, este destino es uno de los más elegidos tanto por los fanáticos de la naturaleza como de quienes buscan tranquilidad y serenidad en una ruta de senderismo.

Podemos confirmar que este hayedo no destaca por estar repleto de hayas tradicionales. Se puede decir que la transición que existe en esta zona entre pinares, robles y hayedos es lo que hace que la tonalidad otoñal tome protagonismo a la hora de recorrer kilómetros sumergidos en este bosque.

Además del paisaje, la amplia biodiversidad de fauna existe en este lugar ofrece la posibilidad de observar múltiples animales protegidos. Desde mirlos y petirrojos hasta jabalíes e, incluso, corzos.

Todo esto mientras se disfruta de un clima de lo más agradable, sin demasiado calor como puede ser en verano y sin demasiado frío como puede ser en meses invernales.