2. Encontrar y mantener el equilibrio
Una vez que el niño se siente seguro y comprende los básicos del funcionamiento de la bicicleta, es el momento de empezar a montar. Lo mejor es buscar una superficie totalmente plana, como puede ser una acera o una pista de cemento. Es fundamental proporcionar un entorno seguro, lejos del tráfico rodado y libre de obstáculos como árboles o mobiliario urbano.
El niño debe colocarse sobre a la bicicleta, con el pie derecho en el pedal. Basculando ligeramente su peso hacia adelante y utilizando el pie que apoya en el suelo para tomar impulso, llega el momento de avanzar. En cuanto se sienta cómodo con este movimiento, puede intentar levantar el pie izquierdo para ponerlo sobre el pedal.
En esta fase, un buen truco para enseñarles a mantener el equilibrio es explicarles que la bicicleta va siempre en la misma dirección a la que dirigen su mirada. Después de haber interiorizado el concepto del equilibrio, los niños deben entender en qué consiste la velocidad.