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Cómo correr sin flato: consejos para evitar esa molesta sensación

Cómo evitar el flato al correr: consejos para evitarlo

Correr sin flato es posible. Descubre los mejores trucos para evitar que esta inoportuna molestia arruine tu próxima carrera.

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Si eres de los que disfruta sudando la gota gorda en el gimnasio o simplemente sales a correr para mantenerte en forma, sabrás que hay un compañero inoportuno que algunas veces se cuela en tus entrenamientos: el flato.

Conocido en términos médicos como dolor abdominal transitorio (DAT), el flato es una molestia aguda y punzante que puede aparecer de manera repentina mientras practicamos deporte. Pero no te preocupes, te traemos las claves para decirle adiós a esa incómoda sensación, que en muchos casos nos suele obligar a aminorar o detener el ritmo de entrenamiento.

Actualmente, hay varias teorías acerca de cómo y cuándo se produce este dolor punzante en la zona de las costillas. Las respuestas van desde una falta de riego sanguíneo en el diafragma, que deriva en una carencia de oxígeno y produce calambres y molestias en la zona abdominal hasta irritación de la cavidad peritoneal. Esta dolencia es más frecuente entre los deportistas que practican running y natación.

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Cómo correr sin falto: consejos para evitar esta molestia

Si bien no existe una fórmula definitiva que impida la aparición de los temidos episodios de flato, ni una solución rápida y cien por cien efectiva al dolor que nos produce, eso no significa que no hagamos todo lo que está a nuestro alcance para intentar mantenerlo alejado de nosotros, y para atajarlo cuando llega. Las siguientes recomendaciones te serán útiles para intentar evitar que el flato aparezca y acabe, de manera súbita, con tu entrenamiento.

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Cómo evitar el flato: soluciones para prevenir que aparezca

1. Respira como si no hubiera mañana

Lo creas o no, la forma en que respiras puede marcar la diferencia entre un entrenamiento sin problemas y uno con flato. Asegúrate de inhalar y exhalar profundamente, permitiendo que el oxígeno fluya hacia tus pulmones. Evita las respiraciones cortas y agitadas, que pueden predisponerte a esos molestos calambres en el estómago.

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2. No te atiborres antes de entrenar

Sabemos que la comida es nuestra gasolina, pero eso no significa que debas llenar el tanque justo antes de salir a correr. Evita comidas copiosas al menos dos horas antes de tu sesión de ejercicios. Opta por algo ligero y fácil de digerir para mantener a raya al flato.

Cuidar la salud de nuestro aparato digestivo, a través de una alimentación saludable, es más importante de lo que parece. Una dieta que cause la inflamación del intestino o que nos provoque problemas de acidez nos hará más susceptibles a tener flato mientras corremos.

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Cómo correr sin flato: consejos para evitar esa molesta sensación

3. Hidrátate, pero con moderación

El agua es esencial, pero beber en exceso puede llegar a resultar contraproducente. Mantén una buena hidratación a lo largo del día, pero reduce el consumo de líquidos justo antes de tu rutina de entrenamiento.

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4. Dale cariño a tus músculos abdominales

Aunque también podría ayudar, no estamos hablando de un masaje relajante. Fortalecer tus músculos abdominales puede ser la clave para prevenir el flato. Incorpora ejercicios específicos, como los abdominales, en tu rutina regular para fortalecer la zona y reducir la probabilidad de que aparezca ese dolor punzante.

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5. Calienta antes de cada sesión de entrenamiento

No te apresures y dale a tu cuerpo el tiempo que necesita para prepararse. Incluye ejercicios de calentamiento que involucren movimientos suaves y que despierten tu sistema cardiovascular. Así, estarás listo para darlo todo sin que el flato quiera robarte el protagonismo.

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6. Modera el ritmo

Si eres de los que arranca a toda velocidad, apenas pones un pie fuera de casa, es hora de reconsiderar tu estrategia. Incrementar la intensidad demasiado rápido puede ser un imán para el flato. Comienza con un ritmo moderado y gradualmente acelera a medida que tu cuerpo se adapta al esfuerzo. De esta manera, podrás evitar esos pinchazos inoportunos.

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Cómo correr sin flato: consejos para evitar esa molesta sensación

7. No subestimes la importancia de los estiramientos

Después de la actividad física, dale a tus músculos el amor que se merecen con un buen estiramiento. Esto no solo mejora la flexibilidad, sino que también ayuda a prevenir dolores y molestias, incluido el flato. Dedica unos minutos al final de tu entrenamiento para estirar los músculos clave, especialmente los de la zona abdominal.

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En definitiva, ahora que conoces qué es y cómo se produce, podrás evitar tener flato. Toma las precauciones necesarias y pon en práctica nuestros consejos para reducir las posibilidades de su aparición al máximo.

A veces, la mejor manera de evitar el flato es simplemente escuchar a tu cuerpo. Si sientes que algo no va bien, no ignores las señales. Reduce la intensidad, haz una pausa y escucha lo que tu cuerpo te está diciendo. Ignorar las señales puede convertir un pequeño pinchazo en una molestia mayor.

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