Ampollas en el Camino de Santiago

Ampollas en el Camino de Santiago

Las ampollas y rozaduras pueden convertirse en las grandes enemigas de los peregrinos. En el siguiente artículo te contamos cómo cuidar tus pies para evitar que aparezcan.

Una ampolla es una pequeña acumulación de líquido, que se forma debido al roce constante sobre la piel. Este mecanismo de defensa evita que se vean afectados tejidos más profundos. El exceso de calor y la humedad son dos factores que están detrás de la aparición de las temidas ampollas.

La aparición de este tipo de lesiones suele ser bastante frecuente entre los usuarios que no están acostumbrados a la práctica del senderismo. En este sentido, el Camino de Santiago supone un desafío importante para los peregrinos, que suelen recorrer una distancia media de 25-30 km al día. Según el último estudio publicado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, esta dolencia afecta al 74% de los peregrinos.

Tranquilidad y que no cunda el pánico. Aunque tienes que mentalizarte que, probablemente, vayas a sufrir ampollas en tus pies, también existen ciertos trucos que te pueden ayudar a evitarlos o, al menos, a prevenirlos en función de cada caso. Te explicamos por aquí las principales causas y te damos varios consejos para plantarles cara durante toda tu aventura.

Causas más frecuentes de la aparición de ampollas en el Camino de Santiago

Desde una simple humedad hasta infecciones. Estas son las causas más comunes de la aparición de ampollas en los peregrinos:

  • Quemaduras: tanto el excesivo calor como el frío puede ocasionar quemaduras en ciertas zonas de los pies. Incluso la aplicación de cosméticos o ciertos productos de higiene. Lo primero que debes hacer es conocer qué exactamente está provocando esta quemadura. Por ejemplo, si es una crema tendrás, inmediatamente, que dejar de aplicarla, lavarte bien la zona con agua y jabón y neutro, y eliminar por completo cualquier resto de producto. Para limpiar la zona puedes aplicar vaselina o algún gel como antiséptico local.
  • Exceso de humedad en el interior de las botas o zapatillas de montaña: es la causa más común y se produce, principalmente, al estar caminando durante largos períodos de tiempo de una forma muy prolongada. La mejor solución a esta causa es el uso de calcetines técnicos sin costuras. Puedes combinarlos con tus habituales calcetines de algodón.
  • Dermatitis por enfermedad autoinmune: si en tu caso padeces este tipo de infecciones lo mejor será que las trates directamente con un podólogo especialista. Nunca comiences un tratamiento por tu cuenta, podrías incluso agravar mucho más la situación en tu pie.

Botas de montaña para camino santiago

¿Cómo prevenir las ampollas en el Camino de Santiago?

Ya sabes lo que dicen “más vale prevenir que curar”. Y, aquí, no les falta ninguna razón. La mejor forma de evitar la aparición de las ampollas es siguiendo una serie de recomendaciones básicas que se incluyen en cualquier decálogo de “peregrino en prácticas”. O, lo que es lo mismo, aquel peregrino que inicia por primera vez el camino hacia Santiago de Compostela.

Los siguientes consejos te pueden ayudar a evitar la aparición de ampollas:

➤ Usa unas zapatillas de trekking con buena sujeción y adecuadas a las condiciones climáticas.
➤ Recurre a unos calcetines sin costuras, que sean altamente transpirables.
➤ Evita caminar con los calcetines mojados; es un factor de riesgo que da lugar a la formación de ampollas.
➤ Aplica crema hidratante y vaselina en tus pies.
➤ Esparce polvos de talco en el interior del calzado para disminuir la humedad.
➤ Utiliza un calzado de descanso después de cada etapa: sandalias o chanclas.
➤ No olvides incluir un pequeño botiquín en tu equipaje.
➤ Evita cargar demasiado peso en tu mochila de peregrino.

Antes de comenzar a caminar debes tener en cuenta:

  1. Escoger un calzado que se ajuste exactamente a la horma y a tu número de pie. Adaptado siempre a la climatología de la época en la que vas a recorrer el Camino. Y, por supuesto. que no esté demasiado gastado. 
  2. Usa calcetines transpirables de polipropileno, en la medida de lo posible, y que no sean excesivamente gordos. Si vas a hacer el camino en invierno, puedes utilizar dos para evitar frío en tus pies.
  3. Tú mejor que nadie debes conocer las zonas de mayor presión y/o rozamiento de tus pies. Práctica antes de iniciar esta ruta para ver los puntos más débiles de tus pies.  
  4. Puedes llegar a cubrir ciertas zonas de los pies con apósitos autoadhesivos. 
Mientras estás en ruta: 
  • Si notas molestias con las zapatillas o los calcetines, para y ponle solución antes de que sea tarde. Desde aplicación de vaselina hasta el uso de algún tipo de apósito especial. 
  • Si al quitarte el calcetín te das cuenta de que ya ha comenzado a aparecer la ampolla, seca bien la zona del pie dañada y ponte un apósito que te cubra lo máximo posible la ampolla. 

¿Cómo curar las ampollas?

Si a pesar de haber seguido correctamente todas las recomendaciones citadas, las ampollas terminan apareciendo en tus pies, te aconsejamos hacer lo siguiente:

➤ Lava tus pies con jabón neutro y agua tibia, deja que respiren y sécalos bien.
➤ Aplica un spray antiséptico yodado sobre la ampolla.
➤ Tapa la zona afectada con una gasa transpirable y cubre con esparadrapo de papel.

Y, por supuesto, no utilices ni aguja ni hilo. Este popular remedio casero es todo un falso mito que puede llegar a derivar en una gran infección. 

En el caso de que el tamaño de la ampolla sea considerable y el dolor te impida caminar con normalidad, deberás drenar el líquido con la ayuda de una aguja esterilizada. Llegados a este punto, debes evitar recortar o arrancar la piel de la ampolla. De lo contrario, corres el riesgo de que la herida se infecte y la lesión se agrave. Las zonas del pie con mayor riesgo de sufrir ampollas son los dedos y los talones. 

Sigue estos pasos para paliar ese malestar y dolor: 

  1. Con ayuda de una aguja estéril agujerea la ampolla y drénala. Puedes ayudarte con una gasita, también estéril, para sacar todo lo que haya dentro de ella. 
  2. Aplica povidona yodada para que entre dentro de la ampolla. 
  3. Si en tu caso la ampolla ya está rota, como te hemos dicho no debemos recortarla. Lo mejor es que cubra la antigua piel y aplicar povidona. 
  4. Cubriremos toda la zona con esparadrapo especial. 
Si a la mañana siguiente sigues con las molestias y ese malestar en la zona, nuestra recomendación es que acortes tu próxima etapa o incluso descanses ese día para reducir lo máximo posible el dolor. En algunos casos, estas molestias vuelven a notarse justo en mitad de la etapa. De ser así, lo mejor es parar, limpiar la zona, secarla y seguir los pasos que te hemos indicado con anterioridad. 

Por último, no está de más recordar la importancia de hacer una visita al podólogo antes de emprender el viaje a Santiago de Compostela. La atención de un profesional te ayudará a tener los pies sanos y preparados para afrontar el desafío.

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