Los diferentes tipos de pisada de running

Cada corredor tiene un tipo de pisada. Conocer cuál es la tuya es esencial si quieres mejorar tu técnica de carrera y conseguir una mayor eficiencia.

Una de las preguntas frecuentes entre todos aquellos usuarios que se inician en el mundo del running es conocer cuál es su tipo de pisada. A pesar de que correr puede parecer una actividad bastante sencilla, la técnica de carrera implica una serie de factores biomecánicos. Cada corredor tiene su propia forma de apoyar el pie. Sin embargo, podemos clasificar los tipos de pisada en estos tres estilos: pronador, supinador o neutro. A continuación, describimos las diferencias que existen entre uno y otro.

¿Qué tipos de pisada de running existen?

Pisada de pronador

Los corredores que tienen una pisada pronadora ejercen la mayoría del apoyo del pie con la zona interna. Es el tipo de pisada más común entre los corredores.

La dinámica de carrera implica muchos impactos del pie contra el suelo. Las personas que tienen una pisada pronadora giran el tobillo hacia adentro. Por tanto, la tibia se torsión para compensar la postura y, esto puede provocar cierto dolor por sobrecarga en las rodillas o caderas. Es común en corredores con pie plano.

En muchas ocasiones, el exceso de pronación se debe más a una debilidad en ligamentos y músculos que a una característica morfológica. Por eso, es importante realizar una serie de ejercicios de entrenamiento específicos para fortalecer este área.

Pisada de supinador

Los corredores que tienen una pisada supinadora ejercen la mayoría del apoyo con la parte exterior del pie. Es el tipo de pisada menos habitual entre los corredores. Los corredores supinadores suelen ser personas con un arco plantar muy pronunciado y poco flexible.

Un corredor o corredora con una supinación excesiva, puede notar molestias en el sóleo o de la musculatura peronea. Del mismo modo, pueden aparecer dolores en las caras externas de la rodilla. En este sentido, resulta útil realizar ejercicios de estiramiento de sóleo, gemelos y peroneos y rodar una pelota de tenis con la planta del pie para ganar flexibilidad en el arco plantar.

Pisada neutra

Con este tipo de pisada, el movimiento del pie se genera apoyando primero el talón y posteriormente deslizamos el pie hasta apoyar la puntera. En el caso de la pisada neutra, el tobillo no se inclina apenas hacia ningún lado. Por tanto, existen muchas menos probabilidades de sufrir una lesión. El ángulo entre la pantorrilla y el talón debe estar entre 1-3 grados.

Al correr nos exponemos a una carga de trabajo que tiene un efecto acumulativo sobre nuestros músculos, tendones y articulaciones. Por ello, el tipo de pisada de cada corredor influye directamente en el tipo de calzado que debe utilizar. En este sentido, hacer una elección adecuada permite evitar posibles lesiones y mejorar el rendimiento deportivo.

¿Cómo conocer cuál es tu tipo de pisada?

Una visita a un podólogo o especialista en biomecánica deportiva puede ofrecerte un análisis detallado de tu pisada. Estos profesionales usan herramientas y equipos especializados, como plataformas de presión, para determinar no solo tu tipo de pisada, sino también cualquier desequilibrio o problema específico que pueda afectar tu postura corporal y forma de correr.

Una vez realizado el estudio de la pisada y, en función de los datos obtenidos sobre el estado y el movimiento del paciente, el podólogo redactará un informe donde se determinen las correcciones necesarias. Las correcciones del paciente pueden ir desde un proceso de rehabilitación, hasta el uso de plantillas personalizadas u otros tratamientos para prevenir futuros problemas de salud.

No olvides que, más allá del tipo de pisada que tengas, otros factores como el tipo de terreno por el que corras, la distancia o el peso influyen a la hora de elegir unas zapatillas de running.