Practicar natación embarazada, claves para un embarazo más llevadero

Practicar natación embarazada, claves para un embarazo más llevadero

La multitud de beneficios que trae consigo la práctica de natación en embarazadas es el principal motivo por el que se ha convertido en el gran aliado de las mujeres en estado.

Mantener su bienestar e intentar tener el mejor estado de salud posible es el objetivo principal de quien va a ser madre. Por ello, ser conscientes de que esta actividad es de los deportes más completos que existen es el primer paso para entender por qué se debe practicar durante los nueve meses de gestación.

Ni que decir tiene que las ventajas que aporta son tanto para la madre como para el bebé. Además, las razones por las que elegir este ejercicio deportivo cuando se está embarazada están totalmente alineadas tanto a los beneficios físicos como emocionales y, por supuesto, mentales.

Si tu intención es mantenerte activa durante el periodo de gestación pero quieres practicar alguna actividad deportiva segura mientras estás en el lugar adecuado.

¡Prepara tu material de piscina y tu equipamiento de natación! Te contamos cuáles son los beneficios de hacer natación en el embarazo y por qué crear una rutina de natación específica para embarazadas puede ayudarte a combatir las dificultades durante estos nueve meses.

Practicar natación embarazada, claves para un embarazo más llevadero

10 beneficios por los que elegir la natación si estás embarazada

Cualquier mujer embarazada sabe los cambios hormonales, físicos y mentales a los que se enfrenta cuando se está embarazada. Sin embargo, conocerlos a la perfección y hacerlos frente es la única forma de conseguir que el embarazo sea mucho más llevadero.

¿Quieres saber por qué practicar natación puede ayudarte si estás embarazada? No pierdas detalle de lo que te contamos y prepárate para estar lista y sentirte llena de confianza para cuando llegue la hora del parto.

  1. Ayuda a liberar al máximo la presión que se produce en la zona pélvica. Durante estos nueve meses de gestación, la mujer comienza a experimentar una amplia cantidad de cambios hormonales que derivan en la luxación tanto de los ligamentos como de las articulaciones de la pelvis y, por lo tanto, se produce cierta congestión en toda la zona pélvica. Además, no podemos olvidar que el peso de la barriga recae de forma directa justo encima de la pelvis, sin dejar de lado la desunión existente con la faja abdominal. Al incluir la natación como deporte durante este periodo se puede aumentar con creces la capacidad de movimiento de la cadera y mejorar el estado de tonicidad tanto de la faja abdominal como de los glúteos.
  2. Reduce el dolor en la zona lumbar. Uno de los dolores que más se incrementa durante el embarazo es, sin duda alguna, la presión en la zona lumbar. Según van pasando los meses, la barriga va creciendo y el peso extra que carga la mujer sumado a la alteración del centro de gravedad puede desencadenar ciertas dolencias en la zona baja de la espalda. Cuando se producen este tipo de cambios en el cuerpo de la mujer, las rotaciones externas de la cadera comienzan a tener lugar y se busca la comodidad en posturas que acaban por dañar las lumbares. Por ello, la mezcla de los movimientos que se realizan en natación junto a las propiedades físicas del agua son ideales para combatir este tipo de molestias.
  3. Favorece la fuerza muscular. Mantener la tonicidad en la musculatura corporal es esencial en cada etapa del embarazo. Es importante saber lo esencial que es practicar ejercicios de musculación durante este periodo para no olvidarnos de incluirlos en nuestra rutina de entrenamiento. La natación tiene entre sus objetivos prioritarios mejorar tanto la resistencia de los músculos como reducir la posibilidad de sufrir lesiones musculares en el embarazo.
  4. Se consigue aumentar y mejorar la capacidad cardiovascular. Al trabajar el cuerpo y su movilidad dentro del agua se consigue que el sistema cardiovascular y el respiratorio se mantengan tanto activos como coordinados y constantes. Además, ni que decir tiene que al estar implicados diferentes grupos musculares se exige más oxígeno para mantener y equilibrar el movimiento.
  5. Mayor capacidad en la resistencia respiratoria. Practicar natación implica tener una gran coordinación respiratoria y saber inspirar y espirar de una forma eficiente. Cuando respiramos aportamos a nuestro cuerpo el suficiente oxígeno para trabajar y, a pesar de que puede ser la función que más repetimos a lo largo de las horas del día, muchas veces nos olvidamos de prestarle la atención a cómo respiramos. Respirar de forma correcta evita que nos cansemos en exceso.
  6. Favorece la circulación de la sangre. Como bien sabrás, la natación es un ejercicio deportivo en el que se combinan movimientos aeróbicos con musculares en los que la presión hidrostática adquiere gran protagonismo. Durante el embarazo, la sensación de pesadez de las piernas y la hinchazón que se puede llegar a producir suelen ser una de las causas que más molestias dan a las mujeres embarazadas. Realizar natación con moderación durante estos meses de gestación puede ayudar a mejorar con creces la circulación en sangre de estas articulaciones.
  7. Se reduce el estrés y se alcanza un estado de relajación. Cuando se acaba el entrenamiento de natación se suele adquirir un estado de relajación en el que se procede a liberar de una forma natural la hormona de la felicidad, más conocida por todos como endorfina. La liberación de estas hormonas aumenta el estado de ánimo de las futuras madres y permite que se reduzca, en la medida de lo posible, el estrés acumulado con los cambios del embarazo.
  8. Sueño de mayor calidad. Cuando practicamos natación, no solamente liberamos endorfinas para sentirnos menos estresados y más relajados. Otro de los grandes beneficios de este deporte de agua es su gran capacidad para mejorar tanto la conciliación del sueño como su calidad.
  9. Ayuda a controlar el peso que se gana durante el embarazo. Por norma general, la revolución de las hormonas en este periodo aumenta la ansiedad y, como consecuencia de esto, solemos tener la necesidad de comer más de lo necesario, incluso sin hambre. La natación aporta movimiento al cuerpo y, aunque abra el apetito, combinar una alimentación saludable con la práctica de ejercicio es la forma idónea de coger solamente el peso necesario durante estos meses de gestación.
  10. Más habilidad y energía. La práctica de natación frecuente en estos meses trae consigo todo lo mencionado con anterioridad y todo ello, a su vez, provoca el bienestar general de la madre y del bebé. Con esto confirmamos que si la mujer se encuentra bien, tanto física como mentalmente, se pueden combatir los desafíos a los que se enfrenta en estos largos días de una forma mucho más sencilla.

Qué tener en cuenta antes de empezar a nadar en el embarazo

Ahora que ya sabemos todos los beneficios que tiene la natación en el embarazo, el siguiente paso es conocer, a la perfección, que tenemos que tener en cuenta antes de empezar a practicarlo.

Tener la autorización de nuestro médico es básico ya que, a pesar de ser un deporte seguro para embarazadas, se necesita tener un seguimiento para que no afecte de forma negativa, en ningún momento, al embarazo.

Es importante saber que si se va a hacer natación se tiene que buscar una piscina que cumpla con una serie de requisitos. Además de buscar una piscina en la que la higiene sea óptima, el agua tiene que tener una temperatura ambiente y estar correctamente tratada.

El equipamiento también es importante. El bañador premamá que se utilice tiene que ser cómodo y diseñado específicamente para embarazadas. Si se utilizan gafas y gorros de piscina la experiencia será mucho más óptima.

Los estilos de natación que más se recomiendan son el libre y el nado a espalda.

Y, lo más importante de todo es, sin ninguna duda escuchar al cuerpo también es de gran importancia. No excederse y mantenerse hidratada es vital.

Consejos para adaptar la natación a cada etapa del embarazo

Adaptar la natación a cada etapa del embarazo es vital si queremos practicarla durante todos los meses de embarazo.

El primer trimestre engloba las 12 primeras semanas. En esta etapa la mujer está experimentando los cambios más duros y notables como, por ejemplo, las náuseas y los vómitos. Por eso es esencial que se disminuya la intensidad del ejercicio si se siente que el cansancio está más presente de lo normal. El crawl o el estilo libre son las mejores opciones en este periódo.

Cuando hablamos de segundo trimestre estamos haciendo referencia a la etapa del embarazo que va desde la semana 13 hasta la 26. El aumento de energía es considerable por lo que puedes aprovechar y darle más intensidad a los ejercicios durante estas semanas.

La clave durante el tercer trimestre es enfocarse en buscar tanto la comodidad como el confort. Por lo tanto, la mejor de las opciones es llevar a cabo ejercicios en los que aliviar la presión y los dolores de espalda. La flotación y la relajación son las mejores alternativas.

En definitiva, la natación sí es un deporte saludable que se puede convertir en el mejor aliado de cualquier embarazada.

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