La matronatación es una actividad deportiva que, además de estimular la seguridad y las capacidades del bebé dentro de medio acuático, ayuda a reforzar el vínculo afectivo entre los padres y los más pequeños desde una edad temprana. Durante las sesiones, la enseñanza se centra en reforzar la movilidad de los niños a través de una serie de juegos y ejercicios dinámicos. Es importante entender esta actividad como un paso previo a aprender a nadar.
Numerosos estudios avalan la efectividad del contacto con el medio acuático para encontrar la relajación de los bebés. De hecho, es la sensación más parecida a estar flotando dentro del útero materno. Incluso antes de aprender a andar o a gatear, los más pequeños de la casa pueden empezar con el deporte gracias a la matronatación.
Según los expertos, el mejor momento para comenzar a practicar esta actividad es a partir de los seis meses. En este punto, el proceso madurativo del sistema inmunológico del bebé está lo suficientemente avanzado como para minimizar las posibilidades de sufrir infecciones de oído o resfriados. Sin embargo, cada bebé es distinto, por lo que hay que consultar con el pediatra antes de empezar los cursos de matronatación.
Normalmente, las clases de matronatación suelen tener una duración media de entre 30 y 45 minutos. No obstante, lo mejor es valorar en individual las capacidades de cada bebé para invertir el tiempo adecuado. Más allá de la ayuda de los padres y monitores, los niños también pueden hacer uso de diferentes materiales de apoyo como tablas, churros o juguetes.