Efectivamente, en función del tipo de bicicleta se necesitan calas diferentes, pero esto no influye en cómo poner las calas en la bici ya que el procedimiento no varía demasiado.
Las calas para bicicletas mtb están empotradas en la suela de la zapatilla y no sobresalen, de forma que se puede caminar con ellas con facilidad cuando haya que empujar la bicicleta. Este tipo de cleats son metálicas, se fijan a la suela con dos tornillos y tienen un tamaño más pequeño que las de carretera.
Si hablamos de las calas de bicicleta de carretera hay que saber que estas sobresalen de la suela de la zapatilla una vez se han colocado y no están pensadas para caminar con ellas. Son de mayor tamaño y se fijan a la suela mediante tres tornillos. Su material suele ser de resinas plásticas en lugar de metálico y con colores que indican los diferentes ángulos de flotabilidad de la cala dependiendo de la marca.
En ambos casos, es importante tener en cuenta que cada marca tiene un estándar compatible con pedales específicos, por lo que es fundamental saber qué pedales mtb o de carretera tenemos antes de adquirir las calas correspondientes.