Cómo funciona una bicicleta eléctrica

A pesar de que la mayor parte de los componentes de una e-bike son similares a los de una bici tradicional, conocerlos de forma exhaustiva será la forma perfecta de tener una visión completa del funcionamiento de estos innovadores velocípedos.

Estos son los elementos esenciales para que una e-bike pueda funcionar a la perfección:

Es obvio que este componente es quien se encarga de hacer destacar a estos modelos de bici. Es la pieza fundamental que se ocupa de aportar asistencia y potencia al usuario a la hora de pedalear. Por norma general, esta pieza suele estar colocada en el motor central, cerca del eje del pedalier, o en alguna de las ruedas, ya sea la delantera o la trasera. ¿Cómo funciona el motor de una bicicleta eléctrica? Pues bien, este motor empieza a funcionar en cuanto comienza el pedaleo o, también, a través del acelerador. 

Cuando hacemos referencia a la batería de una bicicleta eléctrica estamos hablando del elemento encargado de proporcionar la energía que exige el motor para su correcto funcionamiento. Las baterías que se colocan en la mayoría de las bicicletas eléctricas de montaña o de cualquier tipo son, sobre todo, iones de litio. Aun así, existen ciertos modelos que aún utilizan otro tipo de baterías más económicas como, por ejemplo, las de material de plomo ácido. Encontraremos este elemento o bajo el asiento o, también, en la maleta portaequipajes.

Si estás pensando en cómo funciona el controlador de una bicicleta eléctrica estás en el lugar adecuado. Podemos decir que este accesorio es el cerebro ejecutor en una e-bike. Este elemento es destacado por encargarse de gestionar la energía que la batería envía al motor para que, así, se pueda mejorar la asistencia a la hora del pedaleo. Se puede confirmar que el controlador de una bicicleta eléctrica es una pieza de lo más importante en el funcionamiento de estas bicis.

El PAS, más conocido por muchos como pedal assist system o sensor de pedaleo, sirve para avisar al motor de que tiene que dar asistencia y empezar a funcionar porque el pedaleo ya está en marcha. A la hora de ajustar la potencia y el nivel de apoyo que tiene que dar, el modelo de la e-bike sí afectará en ese punto ya que este sensor puede darse cuenta de la necesidad de la velocidad a través de la fuerza que se aplica o por el sensor de cadencia. 

La importancia que tienen los frenos en cualquier modelo de bici está totalmente alineado a la seguridad del ciclista. En su mayoría, los frenos suelen ser o mecánicos o hidráulicos y se encargan de aportar un frenado de mayor calidad, ya que el peso extra de las e-bike pueden afectar a la hora de frenar. Muchos modelos funcionan ya con lo que se conoce como frenado regenerativo para poder recuperar energía mientras se frena y enviarla al motor.

Llamamos chasis o cuadro a esa parte de la bici que se considera el cuerpo principal. Esta pieza exige que sus materiales sean tan resistentes como ligeros, ya que a pesar de tener que ser capaz de soportar el peso adicional que trae consigo un e-bike, también tiene que aportar ligereza a la hora de conducir. Suelen ser de carbono o de aluminio.

Este componente está formado por varias piezas. Lo componen desde las bielas y los platos hasta los pedales, las marchas, la cadena y la correa. La transmisión es quien da fuerza y soporte a las ruedas, tenga motor o no. 

A diferencia de las ruedas de una bici convencional, las de una e-bike destacan por tener mucho más grosor y, también, por ser más robustas. Al ser mucho más anchas aportan mayor confort y comodidad a la hora de pedalear.

Desde el acelerador hasta la horquilla, la suspensión o las luces. Muchas e-bike ofrecen al ciclista una serie de accesorios de lo más tecnológicos con los que disfrutar de tecnología avanzada en su propio velocípedo. Existen bicicletas eléctricas de carretera o de montañas en las que encontrar puertos de carga para nuestros dispositivos electrónicos.

Como ya comentamos en “Cómo hacer el mantenimiento de una bicicleta eléctrica”, la manera en la que cuidamos de nuestra e-bike nos ayudará a aumentar tanto su durabilidad como su propio funcionamiento.

En comparación a los cuidados de una bici tradicional, las e-bikes exigen un mantenimiento mucho más exhaustivo y completo.

Mantener la carga adecuada de la batería, darle al motor los cuidados que necesita, revisar la presión tanto de ruedas como de neumáticos, cuidar de la limpieza y de la lubricación de la transmisión, entre otros serán las claves para conseguir que tu bici preferida dure más tiempo del estipulado.

No te olvides de realizar las revisiones periódicas que necesita y, sobre todo, mantén tu bici resguardada de los cambios climáticos.