Sofocos en la menopausia ¿qué son?
La menopausia trae consigo una serie de síntomas que, en su mayoría, pueden ser gestionados por la mujer con éxito de una forma que no altere demasiado su estilo de vida. Esta caída de estrógenos se suele manifestar a partir de los 50-51 años de edad, aunque en función de cada mujer puede ser antes o incluso después. Todo ello variará en función de los propios hábitos de la mujer y también de sus condiciones físicas especiales.
Sin embargo, cada mujer es un mundo y ni que decir tiene que la manera en que la menopausia afecta sobre cada una de ellas dependerá de cada cuerpo.
A pesar de que son muchos los síntomas que este proceso natural puede causar sobre una mujer, los sofocos suelen ser los más molestos y los más temidos por cualquier mujer.Sentir como un calor intenso irradiado en el rostro, el pecho y el cuello y cómo la sensación de calor aumenta en estas zonas es la mejor forma de definir qué significa padecer de sofocos durante la menopausia.
A esto hay que añadir la pérdida de líbido, la caída del cabello y los cambios constantes de humor. A priori, se plantea como un panorama bastante desolador para muchas mujeres, sobre todo en aquellas que tienen síntomas muy acusados y constantes. Modular y controlar estos síntomas es posible sí se siguen unas buenas pautas de ejercicio físico y una rutina de alimentación equilibrada. Una dieta natural basada en alimentos frescos con un alto aporte de ácidos grasos esenciales ricos tanto en omega 3 como en omega 6. Alimentos, por ejemplo el aceite de onagra, que te permitirán seguir cuidando tu salud cardiovascular y, por supuesto, los sofocos. Diciendo adiós a los procesados, las harinas refinadas y los azúcares.
Todo ello sin olvidarnos de los alimentos ricos en calcio, por su gran aporte de vitamina D para nuestros huesos como pueden ser las sardinas, almendras o brócoli. Añadiendo también a la dieta alimentos con sustancias similares a los estrógenos como son la quínoa, las alubias o la soja. Y, por supuesto, el omega 7 que podemos encontrar en ciertos alimentos como el espino amarillo o mediante la ingesta de pastillas o capsulas. Muy recomendables para la sequedad de las mucosas.