Aclaramos en qué consiste el reglamento del fuera de juego en el fútbol, una de las normas más complicadas de entender y que más polémica genera entre jugadores y aficionados.
Tal y como recoge el artículo 11.2 de la International Football Association Board (IFAB), un jugador de fútbol está en fuera de juego siempre y cuando ‘‘cualquier parte de su cabeza, cuerpo o piernas (pie incluido) se halle más cerca de la línea de meta contraria que el balón y el penúltimo adversario’’.
En fuera de juego —la regla número 11 del fútbol— el balón también marca la posición antirreglamentaria. Por lo tanto, si un jugador está adelantado a la línea imaginaria que dibuja el balón y a la del penúltimo jugador, se considera fuera de juego.
Esta regla aparece por primera vez en el año 1863 cuando se publica el primer reglamento del fútbol en Reino Unido. Desde entonces la norma ha sufrido algunas modificaciones. A pesar de que parece fácil de entender, hay varios matices que a más de uno se le escapan. Y es que, la letra pequeña de esta normativa genera muchas dudas.
Por ejemplo, si un jugador se queda por detrás de la línea de fondo del campo sin permiso expreso del árbitro, contará como si estuviera justo sobre el final del campo. En el caso de salir por alguna de las bandas, en la posición paralela donde se sitúe.
Otra de las situaciones consideradas como fuera de juego se dan cuando un jugador recibe el balón fruto de un rebote en el rival, siempre y cuando en el momento del pase se encontrase adelantado. En este caso da igual la intención del pase o el tiro a portería.
Aunque sin duda, una de las situaciones del juego que más polémica generan es el llamado fuera de juego posicional. Hablamos de situaciones en las que el jugador es consciente de que está en fuera de juego y decide no disputar la pelota para que llegue otro compañero. Cualquier amago o maniobra que interceda o dificulte la acción del defensor será considerado fuera de juego. Hay otros casos en los que el atacante más adelantado interfiere en la visión del portero aunque no quiera disputar la pelota. Los árbitros también consideran esta acción como posición antirreglamentaria.
Por último, indicar que el fuera de juego no existe siempre que el balón venga de un saque de banda, un saque de portería o un saque de esquina. Además, si un jugador arranca una jugada de ataque en su propio campo, pese a ser el más adelantado sobre el terreno de juego, tampoco se pita fuera de juego. En este caso, la línea del centro del campo define su posición. Tampoco hay fuera de juego cuando el futbolista atacante es el más adelantado y recibe un pase por parte del rival.
Siempre que se produzca una acción de fuera de juego, el árbitro señalará un saque libre indirecto en el lugar donde se produjo la infracción.
Para los árbitros, es difícil determinar si hay fuera de juego debido a su posición y su visibilidad en el campo. Algunas infracciones se producen por milímetros, por una distancia apenas perceptible para el ojo humano. En las principales ligas y competiciones del fútbol europeo, el árbitro está acompañado por dos jueces de línea, un cuarto árbitro y una sala VAR (Video Assistant Referee).
Desde su estreno en el Mundial de Rusia de 2018, el VAR ha demostrado ser un buen método para resolver situaciones polémicas relacionadas con el fuera de juego. Recordemos que en esta sala de realización se revisan las jugadas dudosas para determinar si en una determinada jugada se ha producido o no un fuera de juego.
A diferencia de las decisiones sobre posibles faltas, la regla del fuera de juego no está abierta a interpretación y, con la introducción del VAR, la decisión ahora se puede tomar de manera más objetiva. No obstante, como buen elemento de debate futbolístico, seguirá levantando controversia.