Beneficios de la psicomotricidad
Estimular la psicomotricidad ayuda al niño a explorar su entorno, al mismo tiempo que trabaja su tono muscular, postura y forma física. Además, el trabajo de las técnicas de motricidad, permite a los pequeños potenciar sus competencias sociales como, por ejemplo, a expresar sus emociones y regular su conducta. En definitiva, pretende ayudar al niño a progresar en todos los ámbitos del desarrollo.
Desde el punto de vista metodológico, son muchos los centros educativos donde la psicomotricidad se presenta como una actividad dirigida, habitualmente en forma de circuitos como los clásicos de obstáculos, o los denominados neuromotores.
Sea cual sea su nombre, todos se organizan con materiales de diversa naturaleza (aros, cuerdas de algodón, telas, picas, colchonetas, bancos, espalderas, módulos de foam, etc.), modificados periódicamente para evitar la rutina. Su finalidad es mejorar la coordinación, el equilibrio y las destrezas psicomotrices de los alumnos, que se desplazan por ellos en fila, saltando, corriendo, colgando por las manos, reptando, trepando…