Mantenimiento: ¿Cuándo y por qué limpiar la cadena de tu bicicleta?
Una buena limpieza tendrá un efecto inmediato: toda la suciedad acumulada durante la conducción crea una fricción superflua que provoca una importante pérdida de energía (hasta 15 vatios). Esta pérdida de energía tiene importantes consecuencias en el rendimiento de los ciclistas, sea cual sea su nivel o su uso. No solo ganarás en eficiencia de pedaleo, sino que también mejorarás la vida de tu bicicleta.
A la hora de lavar tu cadena, aprovecha para limpiar toda la transmisión: desviadores delantero y trasero, cassette y platos.
Las condiciones climáticas también tienen un efecto sobre la frecuencia con la que cambia su lubricante. Por ejemplo, cuando llueve regularmente, probablemente necesitará lubricar su cadena con más frecuencia.
Aunque no existe una regla universal que nos indique cuándo lubricar la cadena, sí te diremos que en condiciones normales de carretera seca lo habitual suele ser cada 200-300 km o, al menos, una vez al mes. Si en tu caso circulas por barro, nieve o uso urbano con mayor intensidad, lo ideal es que lo lubriques cada salida o cada pocos días. Hay ciertos signos que nos indican que este proceso tiene que ser antes de lo habitual. Desde escuchar ruidos extraños en la cadena hasta cambios imprecisos o saltos, suciedad visibles o ver cómo la superficie del eslabón se encuentra seca. 
 












