Cómo evitar que se empañen las gafas de natación

Te contamos algunos trucos útiles para evitar que tus gafas de natación se empañen en la piscina, así como los pasos a seguir para cuidar el mantenimiento de las mismas.

No hay nada más molesto que intentar nadar con unas gafas de natación que se empañan constantemente. La presencia de vaho en la cara interior de las ópticas impide ver con claridad y, por lo tanto, genera una sensación bastante incómoda que te puede llevar incluso a detener la actividad.

¿Por qué motivo se empañan las gafas de natación? La diferencia de temperatura que existe entre el interior y el exterior de las lentes produce un efecto de condensación que empaña las gafas.

En este sentido, el único método que realmente funciona para evitar que el vaho aparezca es crear una fina capa protectora que impida que las gotas de agua se adhieran a la lente. La mayoría de las gafas de natación que encontramos en el mercado a día de hoy ya cuentan con esta película. De este modo, tan solo es necesario llevar a cabo un buen mantenimiento para conservar sus propiedades.

¿Qué utilizar para evitar el vaho en las gafas de natación?

➤ Lápiz antivaho
Esta solución se debe aplicar antes de cada entrenamiento. Solo es compatible con los modelos que incluyan de serie vidrios con tratamiento antivaho. Es una buena opción para prolongar la vida útil de tus gafas. La acción de este producto suele durar entre 1 y 2 horas después de cada aplicación, tiempo suficiente para cubrir una sesión en la piscina.

➤ Spray antivaho
A pesar de que estos sprays suelen estar indicados para las gafas de snorkel o buceo, también se pueden aplicar en las gafas de natación. Es una especie de gel que se pulveriza sobre la superficie interior de las gafas. Una vez rociado, debemos dejar actuar el producto durante aproximadamente un minuto. Antes de ponerte las gafas, enjuaga el cristal con agua tibia y ten cuidado de no tocar la superficie tratada con las yemas de los dedos.

➤ Saliva
Es curioso pero funciona bastante bien y el resultado es inmediato. Basta con mojar el interior de la lente y luego aclarar un poco con agua. Es práctico porque se puede hacer en cualquier momento del entrenamiento. En la medida de lo posible, debes evitar hacer este gesto de forma recurrente para que la película antivaho protectora se desgaste de forma prematura.

El agua de la piscina contiene cloro y otras sustancias corrosivas que a la larga pueden afectar de forma negativa al estado de tus gafas de natación. Por este motivo, después de cada sesión de entrenamiento, deberás enjuagarlas con agua tibia, ponerlas a secar en un lugar ventilado y guardarlas en su estuche. Más allá de los cristales, la silicona de la estructura y las correas también lo agradecerán.

Al limpiarlas, trata de no tocar demasiado las lentes para proteger la superficie antivaho. También es preferible que no te subas las gafas a la frente entre largo y largo porque el sudor y el calor reducen el efecto antivaho.